Enfrente, un gran monumento a un héroe desconocido hasta entonces, a los costados, edificios centenarios. A vista del horizonte, el mar.
Es una gran explanada, como las que hay en mi planeta. Aunque ha tenido diversos nombres a lo largo de su historia, su inauguración oficial data del 1886. Se ubica a los pies del Cerro Cordillera y al frente del Muelle Prat. En ella se emplazan distintos edificios con una importancia histórica excepcional. La Primera Zona Naval de Valparaíso que en su momento fue la Intendencia, el Consejo Nacional de la Cultura y de la Artes, antiguo correo, la Estación Puerto del Merval y el actual edificio de Aduanas. Además, dos de las primeras compañías de bomberos de Chile se localizan en la plaza: la Bomba Americana y la Bomba Germania.
Su principal atracción es el mausoleo ubicado en el centro, en donde se encuentran los restos de los caídos y sobrevivientes del Combate Naval de Iquique. Es ahí por donde desfilan colegios y fuerzas militares en honor a los héroes los 21 de mayo. Yo escuchaba atento la historia de un alcoholizado que con gran ahínco proseguía con la trama. Me contó que en el verano la utilizaban para un masivo concierto llamado Rockodromo y que además la gente se congregaba todos los 31 de diciembre a esperar las 12 de la noche con música y alcohol, cosa que, según sus dichos, disfrutaba en cantidad.
Me invitó a un cartón de vino, pero tuve que desechar la oferta. Seguí mi camino hacia la bahía.
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